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Son diferentes las áreas en las que Hersill colabora para mejorar la atención sanitaria y la calidad de vida de los pacientes. Una de ellas es el proyecto Saniclown (Asociación Nacional de Clowns de Hospital sin Ánimo de Lucro), una iniciativa que pone en práctica la medicina del espíritu, utilizando uno de los antídotos más legendarios: la alegría.

Este proyecto, que tiene 10 años de recorrido, permite aliviar esos momentos difíciles, a veces, largos en el tiempo, que supone estar hospitalizado, especialmente para los más jóvenes que ven este espacio ajeno, poco familiar y acogedor, aislándose de la vida social.

Consiste en talleres de improvisación teatral y clown, señala María Castro, gestora de proyectos de la entidad, «con la idea de romper la rutina hospitalaria, colaborando con la descarga de la tensión de los y las jóvenes y contribuir en su gestión emocional”.

La iniciativa, que comenzó con talleres para adolescentes en el área de psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón, abarca todas las edades, realizando, además de actividades en el ámbito hospitalario, acompañamiento al personal sanitario del Hospital Niño Jesús, en intervenciones en domicilio a niños con cuidados paliativos para que la experiencia, en palabras de María, “venga acompañada de juego y cariño”.

Son muchos los beneficios que aporta ya que, no solo beneficia a los pacientes, sino también a las familias, el personal sanitario y los propios profesionales que las realizan.

De las principales mejoras cabe destacar una mayor adaptación y vivencia subjetiva al contexto hospitalario, una mejora en la conducta al fomentar el aprendizaje significativo y un aumento de la flexibilidad cognitiva gracias a la conexión que se da con otras partes constructivas de ellos mismos. Esto genera una sensación de bienestar, paz y reconciliación, y les ayuda a acompañar y sostener su propio proceso de recuperación, desarrollando habilidades que benefician la socialización y la canalización de sus problemas a través del humor.

Y es que todo ello, destaca María Castro “contribuye a su bienestar emocional y una mayor adhesión al tratamiento que están viviendo, lo cual tiene un impacto muy positivo de cara a las familias y amigos”. Para Marta Soriano, terapeuta ocupacional del Hospital Clínico San Carlos, “es una actividad grupal, donde se trabajan aspectos como: conciencia corporal, comunicación y expresividad, socialización, la creatividad y la imaginación. Son componentes que en esta población es importante estimular.”

La mejora del equilibrio emocional que aporta la participación de los pacientes en los talleres de Saniclown implica además desarrollar el vínculo paciente-profesional sanitario ya que, señala María, al participar en un contexto diferente, ven al profesional desde otra perspectiva, por lo que se convierte en una actividad de gran valor y de gran utilidad para los terapeutas.

Así mismo Marta Soriano resalta que “es otra manera de ver cómo se desenvuelven con otros profesionales y permite realizar tanto una valoración de su conducta como de las respuestas que tienen ante las actividades propuestas. Además, son muy buenos profesionales en su campo y entienden y se adaptan a las características de esta población, sabiendo manejar las situaciones que se dan en cada momento”.

 

Reunión de Saniclown con grupo de profesionales de la Unidad de Hospitalización de Adolescentes, Hospital Clínico San Carlos, Instituto de Psiquiatría y Salud Mental

 

 

Según el estudio Vida realizado por la Asociación Pallapupas, el trabajo de este tipo de acciones en los hospitales mejora en un 43% por ciento el estado anímico de los pacientes pediátricos, declarando un 79% que se sienten mucho más alegres. Para las familias el impacto de la espera en el proceso se aminora en un 92%, mejorando en un 19% la manera en que afrontan el paso del quirófano de sus hijos. En pacientes adultos oncológicos se reduce la ansiedad en un 39% y en un 40% se reducen los estados de rabia y enfado ante la situación. En los profesionales tanto en niños como en adultos se genera una mejor relación paciente- sanitario, en niños hasta un 80% y en adultos aumenta el bienestar hasta de un 70%.

Para la realización de los talleres se cuenta con un equipo de dos personas: un profesor de artes escénicas especializado en improvisación y clown, que es el responsable de coordinar la actividad y llevar la dinámica de la actividad, y un clown de hospital que actúa como un participante más, siendo una figura que no tiene miedo al ridículo o a la equivocación, como forma de ayudar a la participación del resto de las personas participantes.

Para llevar a cabo este proyecto con éxito es fundamental el apoyo del hospital y de los profesionales sanitarios con los que trabaja Saniclown de manera conjunta. Además, la colaboración de patrocinadores que permitan sostener estos proyectos es fundamental.

El compromiso de Hersill, señala María, “nos ha permitido dar un paso seguro” para poder establecer un taller en un hospital nuevo en el que SaniClown no había trabajado anteriormente, el Hospital Clínico San Carlos. “Hersill es una empresa que había colaborado con nosotros en proyectos más generalistas, y que, cuando le presentamos este nuevo proyecto, no dudó en unirse”, explica.

En 2024 Saniclown está realizando su labor en 3 hospitales: Hospital Gregorio Marañón (en la unidad de psiquiatría de adolescentes hospitalizados y en PRISMA con adolescentes ambulatorios en terapia intensiva); en el Hospital Clínico San Carlos (con adolescentes y adultos de psiquiatría); y en el Hospital Niño Jesús, también en la unidad de psiquiatría de adolescentes y en el Área de Oncología.

Asimismo, realizan intervenciones con personas en riesgo de exclusión social, en Centros de Salud y Colegios, y han colaborado con un proyecto internacional de Payasos de Hospital en Burkina Faso.

+info:

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Hersill colabora con Saniclown

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