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Hablamos con Bruno Bonilla, Técnico Emergencias Sanitarias en una unidad de soporte vital avanzado del 061 Cantabria y formador especialista en emergencias, un experimentado profesional del ámbito de urgencias y emergencias, cuya carrera se ha forjado desde una temprana vocación de servicio. Su interés en el sector comenzó en los años 80, cuando empezó como voluntario en la Cruz Roja Española, una experiencia que definió su rumbo profesional y lo llevó a especializarse en distintas áreas de emergencias prehospitalarias, desde el socorrismo acuático hasta el salvamento marítimo.
Con una trayectoria marcada por el aprendizaje continuo y el manejo de situaciones de alta presión, Bruno ha desarrollado una visión única sobre la coordinación en crisis y la importancia de la tecnología y la formación constante para ofrecer la mejor atención en situaciones críticas.
Bruno, ¿qué fue lo que inicialmente te atrajo hacia el campo de las urgencias y emergencias?¿Siempre supiste que querías trabajar en este sector? Cuéntanos brevemente tu trayectoria.
A finales de los años 80 empecé a colaborar con la cruz roja española que en aquella época eran los únicos recursos sanitarios, esa labor voluntaria marcó mi futuro y me hizo centrar mis estudios en la rama sanitaria complementando mi formación con todas las áreas de emergencias prehospitalarias (socorrismo acuático, transporte sanitario, salvamento marítimo, etc).
Gestionar operaciones en emergencias puede ser muy demandante. ¿Cuáles han sido los mayores desafíos personales que has enfrentado y cómo los has superado?
A lo largo de estos años me he encontrado situaciones de emergencia que te marcan, o por la magnitud, o por la repercusión, o sencillamente, porque traspasan la barrera de protección que utilizas para no llevártelo a casa. Cuando sucede, intentas analizar de la manera más fría posible que ocurrió, que hiciste y que podrías haber hecho diferente, el objetivo es siempre de mejora o de crítica constructiva, nunca de fracaso porque entonces no podríamos enfrentarnos a situaciones en las que las cosas por definición no pueden salir bien.
En tu experiencia, ¿qué habilidades son esenciales para manejar la presión en contextos de emergencia? ¿Cómo las has desarrollado a lo largo de tu carrera?
La mayor habilidad que hay que desarrollar se basa en una buena formación y sobre todo un entrenamiento que te aporte seguridad a la hora de enfrentarte a situaciones inesperadas. Trabajar en un equipo en el ámbito de las emergencias requiere de ciertas habilidades específicas.
¿Cómo técnico en emergencias, cómo defines este trabajo y qué técnicas usas para motivar a tu equipo?
Como bien has dicho se trata de un equipo, esa palabra en nuestro trabajo es fundamental, cuando se atiende una emergencia lo que más sorprende visto desde fuera es que casi no hablamos, cada uno sabe sus funciones y las necesidades del compañero, lo que hace que fluya la actuación como si de un baile se tratara.
¿Cuáles han sido las lecciones más valiosas que has aprendido trabajando en equipo en momentos de crisis?
Que en esas situaciones los papeles de cada uno han de estar muy claros y bien definidos porque cuando eso no se cumple y hay más jefes que indios el caos se apodera de la situación.
¿Qué importancia le das a estar siempre actualizado con las innovaciones del sector?
La sanidad y más concretamente en el área de las emergencias la evolución es brutal. Los estudios basados en la evidencia, la incorporación de herramientas que mejoran la supervivencia y en un futuro muy próximo, con la ayuda de la inteligencia artificial. Nuestros procedimientos de trabajo se van a ver modificados aportando estándares de calidad altísimos, siempre y cuando las administraciones tengan la capacidad de implementarlos.
La tecnología, como el respirador de transporte y emergencias Vitae 40 de Hersill y opción “modo de RCP”, ayudan a los profesionales sanitarios en el momento de la reanimación, jugando un papel crucial en el trabajo de emergencias.
¿Cómo ha transformado esta tecnología tu forma de abordar las emergencias?
Las ayudas para la RCP son siempre bienvenidas, porque dejan a un lado las variables subjetivas de calidad para unificar los criterios de actuación con mejores resultados.
Desde tu punto de vista, ¿cuáles son las principales ventajas que el Vitae 40 aporta en situaciones de emergencia?
Los respiradores de transporte han evolucionado a lo largo de los años, el Vitae 40 es fruto de esa evolución, tanto su reducido tamaño como su gran autonomía además de su gran abanico de modos y terapias respiratorias permite a los profesionales una atención mucho más avanzada en el manejo de la vía aérea fuera del ámbito hospitalario.
¿Podrías compartir alguna experiencia en la que el Vitae 40 haya marcado la diferencia en la respuesta ante una emergencia?
Sin duda, durante la pandemia. La pandemia puso en evidencia la necesidad de disponer de equipos de ventilación mecánica con altas prestaciones que permitieran dar soporte ventilatorio en situaciones muy comprometidas, estos equipos tradicionalmente eran muy voluminosos.
El Vitae 40 ha sido capaz de reducir ese tamaño sin perder las funcionalidades de otros equipos más grandes, incluso teniendo en cuenta que durante la pandemia hubo que modificarlo agrandándolo para poder fabricarlo con otros componentes de mayor tamaño ante la escasez de materiales y la acuciante necesidad de ventiladores mecánicos.
¿Qué cambios o tendencias observas que serán importantes en el futuro del sector de emergencias?
La tecnología nos permitirá llegar antes, más equipados y con muchos más recursos para estabilizar a las pacientes in situ trasladándose después a los centros hospitalarios útiles con mucha más estabilidad clínica.
Si pudieras mejorar algún aspecto en el ámbito de urgencias y emergencias con tecnología o innovación, ¿cuál sería y por qué?
La transmisión de la información en tiempo real, tanto de los parámetros del paciente, como de las condiciones del entorno o de las posibilidades terapéuticas personalizadas en base a la información obtenida.
¿Qué habilidades o competencias crees que serán indispensables para las futuras generaciones en el sector de emergencias?
Aunque parezca una paradoja creo que sería imprescindible o deseable la humanización de las emergencias, porque los pacientes nunca deberían de ser un vehículo averiado al que se le conecta un ordenador de diagnosis, hay que buscar la empatía con los pacientes para poder tratarles de la mejor manera posible.
Para quienes desean iniciar una carrera en este sector, ¿qué les recomendarías?
Este trabajo es vocacional, es duro, las desgracias rodean las actuaciones, pero cuando te gusta tu trabajo y haces todo lo posible por mejorar, aliviar o sencillamente acompañar el sufrimiento de un paciente tienes una sensación que te llena y que además es adictiva. Esas situaciones inesperadas, escenarios que cambian cada día, pacientes con patologías diferentes hacen que necesites estar listo para lo que pueda ocurrir.
Mi recomendación es que se formen, que investiguen, que se pregunten el porqué de lo que les enseñan hasta que entiendan cómo funciona el «coche» (paciente) y solo entonces sabrán cual es la mejor manera de «repararlo» (asistirle). A lo largo de mi carrera profesional desde 1989, mi inquietud por aprender, entender y mejorar ha hecho que llegue a poder relacionarme con grandes profesionales de las emergencias de reconocido prestigio, pero también con fabricantes, ingenieros, diseñadores, etc (como HERSILL), con los que he podido compartir sus conocimientos y mis experiencias ayudando a desarrollar productos que se adaptaran mejor a las necesidades de las emergencias. Por cierto, sigo aprendiendo cada día (2024).
La carrera de Bruno Bonilla es un ejemplo de tantos profesionales que trabajan 24/7 para salvar vidas. Un testimonio de dedicación, resiliencia y evolución constante en el ámbito de las urgencias y emergencias. A lo largo de los años, ha sabido enfrentar los desafíos propios de su profesión, aprovechando cada experiencia como una oportunidad de aprendizaje y mejora. Su enfoque en el trabajo en equipo, la importancia de la tecnología, y la humanización de la atención en emergencias resalta su compromiso no solo con la innovación en el sector, sino también con el bienestar y dignidad de cada paciente. La trayectoria de Bruno inspira a futuras generaciones a abrazar esta vocación con pasión y responsabilidad.