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Hablamos con Trinidad García, la primera mujer en el área de Tornos, y con el director del Departamento, Urbano Rebollo.

Aún hay mucho por avanzar en el camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres, en general y en las profesiones STEM (siglas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Por cada nueve hombres que estudian una carrera de estos ámbitos, solo hay una mujer, según un informe presentado en 2023 por Esade y realizado con el apoyo de Banco Santander.

La brecha es especialmente acusada para los grados de informática (solo el 14,9% de matriculados son chicas) y las ingenierías (26,5%), aunque, en ciencias de la vida, ellas representan el 61% del total de matriculados y, en enfermería, el 82%.

De manera general, los hombres tienen 1,8 veces más probabilidades de trabajar en puestos STEM que las mujeres, según los datos del Global Gender Gap Report publicado por el Foro Económico Mundial. Esta realidad choca con el criterio de los expertos, que aseguran que integrarlas en estas profesiones impulsaría de la innovación y abriría nuevas perspectivas para abordar los retos actuales y futuros.

 

Trinidad, ejemplo de integración

Un ejemplo de la necesaria presencia de la mujer a las profesiones de tecnología es Trinidad García, que trabaja en HERSILL, en el área de Tornos, desde hace cuatro años. Su trabajo consiste en controlar el buen funcionamiento de las máquinas y verificar que las piezas que se fabrican son correctas, con las medidas que se establecen en los planos. Ella es la primera mujer que accede a este puesto en la compañía.

“La mujer en el sector de la ingeniería representa una amplia minoría, aunque de un tiempo a esta parte se ha mejorado en este aspecto y su incorporación ha ido creciendo. En mi caso concreto, creo que se me ha dado la oportunidad de demostrar mi valía en este empleo y es una suerte que en HERSILL se valore mi calidad profesional independientemente de mi género”, nos explica.

“De esta profesión me llamó la atención lo peculiar que es y la gran oferta de empleo que tiene, ya que, siendo una profesión muy antigua, hay poca gente que se dedica a ello”. Trinidad cursó el grado medio de Mecanizado y el grado superior de Programación de la Producción de Fabricación Mecánica. Accedió al puesto de trabajo en HERSILL a través de la bolsa de empleo del centro donde realizó su formación: “Desde aquí se pusieron en contacto conmigo para plantearme esta oferta, me explicaron las características del puesto y la posibilidad de entrar con un contrato indefinido, algo muy importante para mí”, afirma.

 

Una profesión con impacto en la salud

Trinidad es consciente del valor de la labor que realiza: “La calidad en la fabricación de piezas para equipos médicos tiene una importante repercusión sobre la salud de la población, por lo que me siento orgullosa”, expresa. Para ella, su principal aportación, aparte del compromiso con la empresa, es que presta especial atención a los detalles, una habilidad fundamental en este trabajo.

Para nuestra compañera, estar rodeada de hombres en su día a día no supone un gran cambio respecto a su etapa anterior: “En la formación profesional que cursé, estudié mayoritariamente con chicos, de hecho, era prácticamente la única chica, por lo que estaba habituada a trabajar con ellos”.

A su parecer, no existen demasiadas trabas para que la mujer acceda a esta profesión o a cualquiera relacionada con la tecnología: “Creo que, al ser un sector mayoritariamente de hombres, la mujer no se siente atraída por este tipo de trabajo. Todavía no se ha llegado a comprender que cualquier persona, sea mujer u hombre, tienen cabida en este sector, pues lo importante es la profesionalidad”, señala.

Por tanto, aunque ella considera que se ha avanzado mucho en los últimos años en la igualdad a la hora de acceder a un trabajo, a puestos de mayor responsabilidad o en la conciliación de la vida laboral y personal, cree que aún queda mucho camino por recorrer.

 

La visión del responsable del Departamento

También hemos querido conocer la opinión de Urbano Rebollo, director del área de Tornos. Su labor es gestionar el taller, con la supervisión y control de calidad, por lo que debe coordinar el equipo humano, técnico y mecánico. Es un equipo de ocho personas que fabrican piezas mecanizadas necesarias para el montaje de equipo médicos según la normativa requerida.

 

 

Aunque en algunos trabajos puntuales contaron con alguna compañera de otro departamento, destaca que Trinidad es la primera mujer a jornada completa en este puesto. Para Urbano, lo que se valoró de su compañera es su formación académica, actitud, responsabilidad y experiencia previa, sin que el hecho de ser mujer interfiriera en ningún sentido.

Respecto a la menor presencia de la mujer en el sector de la tecnología, considera que intervienen factores sociales y culturales. “Creo que si dos personas están igual de preparadas y son responsables, tienen las mismas posibilidades de ocupar este trabajo o uno de categoría superior”, declara. Además, se muestra optimista de cara al futuro: “Considero que hemos mejorado y que, con el esfuerzo de todos, lo seguiremos haciendo”, concluye.

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