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Más allá de curar y tratar a los pacientes, la asistencia sanitaria debe procurarles el mayor bienestar posible, ofrecerles una atención empática, cercana y compasiva, que tenga en cuenta sus distintas esferas y que los conciba no como enfermos sino como personas. Este trato humano les ayudará además a afrontar mejor la enfermedad y a que su recuperación sea más rápida.
Gracias a colaboraciones muy valiosas para Hersill con diversas entidades y profesionales hemos podido comprobar de primera mano la importancia de la humanización de la asistencia sanitaria.
Mediante nuestra relación con Músicos por la Salud hemos aprendido que la música, acompañada de profesionalidad, dedicación y sensibilidad, es un instrumento que permite mejorar la calidad de vida y el estado de salud de los pacientes. Así lo pudimos vivir en una emotiva jornada organizada por el Hospital de Cuidados Laguna, con el apoyo de Hersill, con motivo del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, el 12 de octubre.
Este centro, dedicado a personas en situación de especial fragilidad o que sufren enfermedades sin expectativas de curación, apuesta de manera firme por esta disciplina: “Nosotros nos centramos en el cuidado de las personas cuando más lo necesitan, como es la etapa final de su vida, y lo hacemos desde todas las perspectivas: técnica, asistencial, afectiva, cognitiva y física, y la música es uno de los mejores caminos para lograr el bienestar de los pacientes en esos momentos de gran fragilidad”, afirmó David Rodríguez-Rabadán, director general del Hospital.
Impacto positivo en los pacientes
Los efectos beneficiosos de la musicoterapia fueron resumidos por la directora médica de este centro, la geriatra Ana Laura Saldívar, quien explicó que los musicoterapeutas forman parte del equipo que atiende a los pacientes y familiares. “Los profesionales que trabajamos con personas con enfermedades crónicas y avanzadas debemos contar con un musicoterapeuta a nuestro lado, ya que hemos observado efectos muy positivos en los pacientes. Hay ciertos perfiles que pueden beneficiarse de la musicoterapia, la cual indicamos tras haber abordado los valores y preferencias de cada paciente e indagado el impacto que puede tener sobre ellos”. En su opinión, la música tiene la capacidad de generar bienestar, energía y paz, y su efecto positivo en el cerebro puede ayudar a aliviar la ansiedad y la depresión. Por ello, se presenta como una forma valiosa no farmacológica para gestionar situaciones muy difíciles.
La musicoterapeuta Katia Márquez, con la que hemos tenido el placer de colaborar en diversas ocasiones, ayudó a impulsar esta iniciativa en el Hospital de Cuidados Laguna, donde reunió a seis musicoterapeutas procedentes de distintos hospitales para que compartieran sus conocimientos, experiencias y casos reales de los beneficios de la musicoterapia en niños con parálisis cerebral, el apoyo que supone para los padres que deben despedirse de su hijo recién nacido y su efecto sobre pacientes con daño cerebral severo.
Asimismo, se expuso la experiencia de un servicio de musicoterapia en Estados Unidos y los beneficios de esta práctica cuando tiene lugar de manera grupal, lo que potencia la conexión y el apoyo mutuo. Se destacó además la técnica del Songwriting terapéutico, que permite a los pacientes transformar sus emociones y dejar un legado emocional a través de la creación musical al final de su vida.
Llamamiento para unos hospitales más humanizados
Que la musicoterapia tiene efectos positivos sobre los pacientes lo sabe bien el doctor Sergio Martínez, responsable de la Unidad de Miembro Superior Pediátrico del Hospital Niño Jesús de Madrid, centro que apuesta por esta disciplina con el apoyo de Músicos por la Salud.
Este especialista adquirió conocimientos de humanización sanitaria en su formación en Estados Unidos y más tarde los aplicó en este hospital infantil, tal como explicó en la jornada ‘Música por la Salud’ que tuvo lugar el pasado mayo en el Congreso de los Diputados, con la colaboración de Medicina Responsable. Según define este especialista, “la humanización de la asistencia sanitaria es un enfoque integral que reconoce al paciente más allá de su condición clínica y que considera su dimensión social, cultural y emocional”.
Aplicar este concepto a los hospitales, que suelen tener un ambiente hostil, es especialmente importante en pediatría, cuidados paliativos o geriatría. El doctor Martínez ha integrado en el Niños Jesús los valores intrínsecos del arte y el deporte para procurar una estancia más feliz a los niños en el hospital, pues considera que su paso por aquí debe ir mucho más allá del tratamiento médico y quirúrgico.
Según afirmó, los efectos de la música están avalados por numerosos estudios científicos, que demuestran sus beneficios en niños hospitalizados, que tienen patologías como las mentales. Disminución de la ansiedad provocada por las pruebas médicas, ayuda para conciliar mejor el sueño o la reducción del dolor y de la tasa de medicamentos para paliarlo, son algunos de los impactos de la musicoterapia.
Tal como reclamó en la jornada del Congreso de los Diputados el presidente y fundador de Músicos por la Salud, Guillermo Giner, “el objetivo es que el Gobierno de España y los gobiernos autonómicos cumplan la recomendación de la OMS y complementen con la música en directo la atención sanitaria para beneficiar a las personas durante la enfermedad o en situaciones vulnerables”.
La alegría como antídoto
Otra técnica para procurar paz y sosiego a los pacientes se basa en el sentido del humor. Hay estudios que revelan que las técnicas teatrales o el clown mejoran en un 43% el estado anímico de los pacientes pediátricos, reducen la ansiedad en un 39% de pacientes adultos oncológicos y en un 40% la rabia y enfado.
En este ámbito Hersill colabora con la Asociación Nacional de Clowns de Hospital sin Ánimo de Lucro Saniclown. Los profesionales de esta entidad acuden a los hospitales a aliviar los momentos difíciles que supone estar hospitalizado.
Su trabajo aporta beneficios a los pacientes, sus familias y el personal sanitario. De las principales mejoras cabe destacar una mejor vivencia subjetiva de la estancia hospitalaria, una mejor conducta y un aumento de la flexibilidad cognitiva. Todo ello genera bienestar emocional, paz y reconciliación, que ayuda a seguir mejor los tratamientos y al proceso de recuperación.
La apuesta de Hersill con estos profesionales y los pacientes ha hecho posible que el proyecto se desarrolle en el Hospital Clínico San Carlos, de Madrid. Mediante este tipo de colaboraciones, la empresa aporta su granito a la humanización de la asistencia sanitaria, al trabajo de los profesionales sanitarios y la mejora de la vida de las personas.